Hoy es en Olavarría, ayer en Santa Fe y mañana o más tarde en cualquier otra localidad de nuestro país. Una vez más una mujer joven y pobre está luchando para salvar su vida, luego de haberse visto obligada a recurrir a un aborto inseguro. Una vez más los profesionales de la salud que la atienden, en lugar de poner el centro en su atención, cuidado, preservación y cumplimiento de los deberes que juraron, la denuncian en un intento de re-victimizarla.
Nos preguntamos: ¿por qué la denuncia? Hay jurisprudencia y protocolos en el sistema de salud que claramente definen lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer en estos casos. Un trato humanizado supone darle a la persona que está sufriendo no sólo la atención sanitaria, sino la afectiva, y fundamentalmente la garantía de confidencialidad.
Cuando una mujer llega a un aborto inseguro es porque antes falló toda una cadena de medidas que podían prevenir esta situación. Reiteramos que nuestro lema de Campaña y nuestras propuestas son URGENTES No hay excusas, no se puede esperar más: debe haber educación sexual integral en todos los niveles del sistema educativo; programas de salud sexual y reproductiva con métodos accesibles y sostenidos en el tiempo –a elección de la persona que lo solicita- sin interrupciones, en todos los centros de salud del país, especialmente en las salas barriales; se debe realizar un amplio debate en el parlamento respecto al proyecto de ley de
La penalización del aborto no resuelve el problema ni salva vidas, por el contrario sigue siendo la primera causa de muerte de mujeres por gestación.
Ni una mujer muerta más por aborto clandestino.
Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir
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