martes, 29 de abril de 2008

voces feministas

Enriqueta Chicano: feminista española, una de las autoras de la Ley de Violencia de Género de España, habla sobre el avance de su país en temas de género.

“Entendemos al movimiento feminista como un movimiento político, que debe servir para lograr modificaciones en nuestras vidas.”

Lo que se ha logrado: “La ley no tiene sólo un aspecto punitivo, que es importante –porque un delito no puede quedar impune– pero ni siquiera es el más importante. Porque de lo que se trata, y a lo que apunta la ley, es de cambiar las consideraciones de los hombres y las mujeres en la sociedad…”

Lo que falta: “Queremos una ley de plazos para evitar lo que hoy sucede, que es que el aborto sigue estando dentro del Código Penal y se persigue a algunas clínicas que los practican. Yo no fui partidaria de que se abriera en la campaña electora el debate por el aborto: no hay que discutir aborto sí, aborto no: es un derecho de las españolas. No podemos volver al debate de los ochenta. El Partido Popular estuvo ocho años en el poder y no modificó la ley. Tuvieron la oportunidad parlamentaria de hacerlo y no lo hicieron. ¿Por qué? Porque el aborto está aceptado por la sociedad española como un derecho. Pero nadie es proabortista. Todos sabemos que es una situación dramática para las mujeres. Pero tenemos que tener el derecho a decidir: a ser madres o a no serlo. Nosotras reivindicamos también el derecho de la mujer trabajadora a ser madre porque si sigues una carrera profesional resulta que hoy no puedes serlo.

Ser feminista: “Nací en una familia muy progresista y católica, por supuesto –digo por supuesto porque en aquel momento solamente se podía ser católico–. Yo iba a un colegio religioso. Recuerdo cuando era niña que me habían encargado un trabajo sobre el Evangelio y la Virgen. Mi padre, que era muy listo, me dijo: “Por qué no hacés un trabajo sobre los silencios de la Virgen en el Evangelio”. Me puse a hacerlo y me di cuenta de que la Virgen no dice ni mu. Si la Virgen no dice nada, qué les queda a las demás mujeres, pensé. Y a partir de entonces empecé a fijarme qué pasaba con las mujeres. En mi casa, donde mi padre era súper encantador y mi madre también, ella siempre se servía el filetito más pequeño y él elegía el más grande, mi madre se daba vuelta los cuellos de los trajes y mi padre andaba siempre con trajes nuevos. En todas las cosas que he hecho en mi vida profesional, que han sido muchas y muy variadas, siempre he buscado la perspectiva de género. No me puedo imaginar no ser feminista.”

Fuente: diario Página/12

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