jueves, 5 de junio de 2008

Reflexiones de un anciano

"Avanza el megaproyecto de un geriátrico para unos 300 jubilados. La idea la fogoneó siempre la Federación de Centros de Jubilados, sedujo luego a Coopelectric y el Municipio le daría el apoyo "moral", dicen, lo que se traducen en un respaldo político a la propuesta." (El popular, martes 3 de mayo de 2008)
¿Para qué un estado? ¿Por qué nos un gobierno de "asociaciones intermedias"(como dice nuestro querido intendente)? ¿Por qué no pagar nuestros impuestos a las ong`s, asociaciones vecinales y colectivas feministas? Aquí pareciera que el anarquismo funciona muy bien mientras el estado municipal se lleva los réditos ¿Para qué seguir pensando que el gobierno administra nuestros recursos mientras nosotr*s mism*s lo estamos haciendo sin recursos?
Basta de la moral
de hombres blancos de clase media propietariosque sigue excluyendo a quienes ya estamos excluid*s de este gobierno sea por viejos, niños, mujeres...
¡basta de violencia machista! (perdón por la redundancia)


Cuando uno aprende -aveces demasiado tarde- que las yerbas
se secan a la sombra porque el sol les chupa las virtudes,

a esparcir cenizas detrás de las puertas para espantar
a los fantasmas,

a cerrar las ventanas cada noche para no ser atrapados
por el maleficio de la luna,

a clavar en el techo una tijera para desviar el vuelo
de las brujas,

a colgar de las vigas una ristra de ajos para ahuyentar
la mala suerte,

y a hacer la señal de la cruz para que llore y se arrodille
el Diablo

y también, como es lógico, puede ser al revés
secar el sol a la sombra para que las yerbas le chupen

las virtudes,
esparcir fantasmas detrás de las puertas para espantar

a las cenizas,
maleficiar la luna cada noche para no ser atrapados

por las ventanas cerradas,
clavar en el techo el vuelo de las brujas para deviar

a una tijera,
colgar la mala suerte de las vigas para ahuyentar

a una ristra de ajos
y hacer la señal del Diablo para que la cruz llore

y se arrodille.


(Javier Villafañe, , Los Ancianos, Revista Caracola, Zaragoza, 1987)



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