domingo, 7 de diciembre de 2008

Masacre de Montreal



Desde el inicio de la "Revolución Silenciosa" de Quebec en los años 60s, las mujeres habían ido acrecentando a grandes pasos su papel en ocupaciones no tradicionales y programas educacionales. En los años 70s y 80s un creciente número se unió al École Polythecnique, la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Montreal. Mientras la mayoría de los hombres en Quebec y en otros lugares aceptaron e incluso dieron la bienvenida a estas transformaciones, una minoría se sintió en desventaja por alentar los intentos de la mujer en nuevos roles y oportunidades.
Uno de ellos fue Marc Lépine, un Quebecuá de 25 años sobreviviente de un abuso infantil quien, como adulto, fue descrito por conocidos como un hombre solitario y voluble. Lépine buscó ingresar a las Fuerzas Armadas Canadienses, pero fue rechazado. También estudió para que lo admitieran en École Polytechnique, pero no fue aceptado -- una decisión en la que él culpó a las políticas de "acción afirmativa" promovidas por feministas y sus simpatizantes. En la nota suicida que dejaría sobre su cuerpo, Lépine dejó entrever la virulenta estructura de pensamiento que atizó su rabia en contra de las mujeres y las feministas:
“Por favor tomen nota de que si estoy cometiendo suicidio hoy ... no es por razones económicas ... sino por razones políticas. Por eso he decidido mandar Ad Patres [Latín: "a los padres"] las feministas que han arruinado mi vida ... Las feministas siempre han tenido el talento de irritarme. Ellas quieren retener las ventajas de ser mujer ... mientras tratan de arrebatar aquellas de los hombres... Son muy oportunistas ya que descuidan el provecho del conocimiento acumulado por el hombre a través de los años. Siempre tratan de subrepresentarlos cada vez que pueden.”
Anexo a la carta había una lista de 19 prominentes mujeres Quebecuás en ocupaciones no tradicionales, incluyendo a la primera mujer bombero de la provincia y la capitana de policía. Debajo de la lista Lépine escribió: "[Estas mujeres] aproximadamente morirán hoy. La falta de tiempo (puesto que empecé muy tarde) ha permitido a estas feministas radicales sobrevivir."
Crónica del generocidio
En la noche del 6 de Diciembre de 1989, poco después de las cinco en punto, en el penúltimo día de clases antes de las vacaciones de Navidad, Lépine cargó disimuladamente un rifle Sturm Ruger Mini-14 semiautomático dentro de École Polytechnique. Su primera víctima femenina, Maryse Laganiere, fue asesinada en un corredor. Después él procedió al Cuarto 303, un salón que tenía 10 estudiantes mujeres y 48 hombres, conjuntamente con un profesor varón. Abriendo fuego con dos disparos hacia el techo y gritando, "¡Quiero a las mujeres. Odio a las feministas!", Lépine ejecutó un ritual generocida: separando a los hombres de las mujeres, él echó a los hombres a punta de pistola, alineando a las mujeres restantes contra la pared y empezando a disparar. Seis mujeres murieron; las otras fueron heridas, pero sobrevivieron.
"Después Lépine bajó al primer piso," escribió Maclean´s (Diciembre 18, 1989). "Haciendo fuego sobre las estudiantes que se tiraban al piso, entró a la cafetería donde mató a [Anne-Marie] Edward y a dos de sus compañeras. Todavía en la cacería, subió otra vez al tercer piso, donde entró con grandes pasos en el cuarto 311. Los estudiantes, sin saber de la tragedia desarrollada, estaban llevando a cabo las presentaciones orales de final de semestre. 'Al principio, nadie hizo nada' recordó Eric Forget, de 21. Después el tirador abrió fuego, mandando a dos profesores y 26 estudiantes amontonados debajo de sus escritorios. 'Fuimos atrapados como ratas,' dijo Forget. 'Él estaba disparando hacia todas partes.' Otros testigos dijeron que Lépine saltó sobre varios escritorios y disparó a las mujeres agazapadas debajo de él. Cuatro mujeres más fueron asesinadas. Entonces, cerca de 20 minutos después de aventurarse en su alboroto, Lépine se quitó la vida." Para ese momento, él había dejado tras de sí, catorce mujeres muertas y otros trece estudiantes fueron heridos (nueve mujeres, cuatro hombres).
Las mujeres asesinadas fueron:
Geneviève Bergeron, edad 21;

Hélène Colgan, 23;

Nathalie Croteau, 23;

Barbara Daigneault, 22;

Anne-Marie Edward, 21;

Maud Haviernick, 29;

Barbara Maria Klucznik, 31;

Maryse Leclair, 23;

Annie St.-Arneault, 23;

Michèle Richard, 21;

Maryse Laganière, 25;

Anne-Marie Lemay, 22;

Sonia Pelletier, 28; y

Annie Turcotte, edad 21.
Las mujeres asesinadas se han convertido en un símbolo: son representantes trágicas de la injusticia contra las mujeres. Los grupos de mujeres a lo largo del país organizaron vigilias, marchas y actos conmemorativos. Hubo un aumento en el apoyo para los programas educativos y los recursos para reducir la violencia contra las mujeres y un compromiso del gobierno federal y los de las provincias para poner fin a la violencia contra las mujeres. En 1991, el gobierno canadiense proclamaba el 6 de diciembre el Día Nacional de Memoria y Acción contra la Violencia contra las Mujeres. En 1993, una a organización llamada la Coalición 6 de Diciembre estableció un fondo rotativo para mujeres que están saliendo de situaciones de violencia para que puedan ir con sus hijas e hijas a un lugar más seguro. También en 1993, una campaña llamada “Cero Tolerancia” fue lanzada con el fin de brindar a los hombres la oportunidad de mostrar solidaridad contra la violencia en contra las mujeres. Como resultado directo de la masacre, algunas de las madres de las víctimas formaron grupos que trabajan para leyes más restrictivas con respecto a las armas de fuego y para promover la concientización sobre la continuada violencia contra las mujeres.


Fuentes: http://www.gendercide.org/caso_montreal.html (GENDERCIDE) y la Campaña 16 días de activismo.

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