miércoles, 11 de marzo de 2009

¿Hay Día Internacional de la Mujer para una niña de 9 años, violada y embarazada?

MARZO 10, 2009

Cuando estamos cerca del fin de la primera década del siglo 21, y acabamos de conmemorar el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, los hechos cotidianos nos demuestran, una vez más, cuan lejanos están todavía los derechos de las humanas. De hecho, en todo el mundo existe un vergonzoso rezago respecto de su cumplimiento, demostrando que las declaraciones que se han firmado en múltiples foros mundiales no han sido sino eso, declaraciones, sin tener resultados concretos en mejorar su condición de vida, su acceso al trabajo digno, a la salud y educación, a la participación social y política, al descanso y la cultura, a una vida exenta de violencia.

 

Tal como ha señalado la experta Rebecca Cook, las normas internacionales sobre derechos humanos aún no han sido aplicadas en forma efectiva para reparar las desventajas e injusticias que experimentan las mujeres únicamente por el hecho de ser mujeres. En este sentido, el respeto por los derechos humanos dista de ser "universal".

 

Esto quiere decir que la mitad de la población mundial –es decir, las mujeres– cotidianamente o en algún momento de su existencia, sufren ofensas a sus derechos humanos fundamentales las cuales, sin embargo, no siempre son reconocidas así. Tal es la naturalidad y conformidad con que la sociedad continúa permitiéndolas incluso hoy, en los inicios de un nuevo siglo.

 

Esta naturalidad se relaciona con el hecho de que en la mayoría de las culturas las mujeres se consideran como un objeto sobre el cual se puede ejercer control y dominación, siendo la violencia –explícita o encubierta– el arma más frecuentemente utilizada. De hecho, todo acto de control y dominación constituye en sí mismo una forma de violencia, en tanto implica una lesión sobre la autonomía, dignidad y libertad de otra persona.

 

Por ello las mujeres salieron masivamente el 8 de Marzo a las calles latinoamericanas, europeas, asiáticas y de todo el mundo, para expresar su descontento por los obstáculos que se siguen colocando en su camino, exigiendo que, de una vez, surjan las transformaciones culturales necesarias para una justicia de género, y que los gobiernos y otros actores sociales dejen de ser negligentes con la atención de las necesidades de la población femenina diversa.

 

 

Solidaridad regional

 

En Brasil las mujeres conmemoraron con indignación su Día Internacional. Indignación porque hoy está siendo amenazado de excomunión un equipo de profesionales de la salud que atendió el aborto permitido por ley de una pequeña de solo 9 años, del estado de Pernambuco. Ella presentaba un embarazo gemelar de 4 meses, producto de violación ya que había sido atacada en forma reiterada por el conviviente de la madre, quien también podría abusado de su hermana discapacitada.

 

Como era de esperarse, el arzobispo de Olinda y Recife, José Cardoso Sobrinho, luego de intentar sin éxito de impedir la interrupción del embarazo, anunció que la madre y los médicos Prof. Olimpio Moraes y Dr. Sérgio Cabral, del equipo médico que la atendió, perteneciente al CISAM - Centro Integrado de Saúde Amaury de Medeiros, quedaban excomulgados. Determinación que fue plenamente apoyada por el Vaticano, en la voz del Cardenal Giovanni Batista Re, quien encabeza la Comisión Pontificia para Latinoamérica. Paradójicamente, el violador no fue objeto de la misma sanción eclesial.

 

El Presidente Lula, por su parte, señaló: “Los médicos hicieron lo que tenían que hacer; salvar la vida de una niña de 9 años… la profesión médica estuvo más en lo correcto que la Iglesia Católica”, aludiendo a la ley brasileña que permite el aborto por violación y por riesgo de vida de la mujer, lo que en este caso aplicaría en ambos casos.

 

Un cuerpo de 9 años no debe gestar a un bebé. Todo embarazo en una niña debe considerarse como fruto de violencia sexual, es decir, como un delito gravísimo. Por lo tanto, nada ni nadie puede justificar que siga su curso, menos aun castigar a quienes, cumpliendo con su deber profesional, con la ley y con una postura ética, interrumpen un proceso que nunca debería haber comenzado.

 

Asimismo, una mirada centrada en los derechos humanos obliga a evaluar una decisión entre los bienes jurídicos que se encuentran en conflicto, la madre/niña y el feto, ya que la información especializada en salud reproductiva sostiene que entre las adolescentes en el subgrupo de 10-14 años la razón de mortalidad materna es 4 veces mayor que la del grupo 15-19 y que en el grupo de adulto joven 20-24. La tasa de mortalidad neonatal y la infantil es más del doble en el subgrupo de 10-14 comparado con el de 15-19 años. Estas cifras no admiten reparo.

 

Por lo tanto, en la medida que estos hechos nefastos sean rechazados socialmente, que las afectadas reciban apoyo y reparación; en la medida que se instaure una real justicia de género y que los culpables sean castigados, entonces el 8 de Marzo sí será una fecha para conmemorar y quizás para celebrar.

 

Para demostrar la solidaridad y apoyo a estos profesionales, la Comissão de Cidadania e Reprodução (CCR), fundada en 1991 e instalada desde entonces en el Centro Brasileiro de Análise e Planejamento (CEBRAP), inició una amplia recolección de firmas en Brasil y más allá de sus fronteras. La Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe hace un llamado para apoyarla urgentemente.

 

La dirección es la siguiente:

http://www.ccr.org.br/a_iniciativa05_mar09.asp

Fuente: RSMLAC




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